miércoles, 28 de octubre de 2015

Todos necesitamos un buen "pañuelo"

  Hola"s", hoy finalmente he visto la película "Pasante de moda" la cual es curioso porque antes de su estreno en Perú estaba muy atenta y hasta recomendé que la vieran en mi página de Facebook "Erabaka"; sin embargo, por cosas del destino la vi hasta hoy.

 La película puede parecer graciosa y hasta reflexiva, sin duda quienes la vieron sabrán a lo que me refiero... pero, debo decir que, para mí, dejó una reflexión en particular que quiero compartir con ustedes: "Los pañuelos son en realidad para las mujeres (para cuando lloran, porque lloran todo el tiempo), son el último detalle de caballerosidad que queda" (Cfr. Robert De Niro en una de las escenas en las que explica el uso del pañuelo a su huésped - colega de trabajo).

 Esta frase, que no tiene sustento, según "san google"; sin embargo, es más trascendente de lo que piensan, y les diré por qué.

 Ese "pañuelo" en realidad estaría representando al soporte emocional que cada persona necesita y merece en su vida, ese soporte emocional es traducido en amigos, familiares, pareja o seres queridos con los que cada persona puede contar, sobre todo, en los momentos de mayor dificultad, lo cual no siempre es posible ni todas las personas lo tienen. Lo fabuloso es que así como los pañuelos reales (literalmente hablando) son de diferentes materiales, tamaños, colores, tipos, etcétera, los "pañuelos" = soporte emocional (personas) también lo son y con sus diferencias y características, pueden darnos un soporte a la medida de acuerdo a nuestras necesidades y sus posibilidades.


 Honestamente, desde mis 26 (años) analizo cada vez más este tema del soporte emocional, valoro cada vez más las relaciones saludables tanto de familia, amistad, pareja o cualquier tipo de relación, incluso la de trabajo y clima laboral.

 Se han dado cuenta de lo infeliz que podemos ser es cuando estamos en ambientes tóxicos y cómo hasta puede llegar a enfermarnos físicamente, y no solo en el lenguaje figurado que resumimos con la frase: "esto me enferma", o peor aún: "tal persona...me enferma", o peor si la frase en realidad es: "tú me enfermas".

 El hecho es que, cuando un ambiente o persona es tóxica todo cambia y se deteriora; en cambio, cuando estamos expuest@s a personas y ambientes que nos dan estabilidad, podemos lograr un equilibrio y ganar la tan ansiada experiencia de sentirnos saludables, que por cierto nadie entenderá si no la ha experimentado, por lo menos una vez en la vida.

 ¿Se imaginan poder tener un "pañuelo" siempre?, ¿o por lo menos saber que cuentan con alguien o con quienes l@s sostendrán de ser necesario?, ¿no sería realmente genial?

 Desde chica aprendí a ser fuerte y valiente, aprendía a ser "pañuelo", jamás necesité el soporte de nadie porque contaba con el único necesario y el que quería: mi papá; cuando me hice más grande, no me relacioné jamás con los varones como necesitando que me protejan, aprendí a protegerme sola y creo que me fue bastante bien, mi padre hizo muy bien su trabajo, me dio soporte emociona, espacio y confianza para valerme por mí misma y no depender de nadie, ni siquiera de él.

 Hoy a partir de la frase de la película sobre el "pañuelo" realmente veo que siempre tuve soporte emocional, siempre tuve un "pañuelo" o muchos a lo largo de mi vida; al inicio, cuando era más chica, tuve la tentación de no soltar mis "pañuelos" porque es agradable contar con personas que quieres y con quienes te sientes bien, pero a medida que va pasando el tiempo, aprendes la lección: así como llegaron a tu vida, es justo y necesario que pasen por la vida de alguien más para hacer lo mismo que contigo, de hecho nosotros mismos pasamos por la vida de muchas personas como "pañuelo" y debemos seguir nuestro camino. Aprender eso no siempre es fácil, pero finalmente comprendes que es la enseñanza de la vida, porque la vida es una buena maestra y si aprendes e interiorizas su lección, puedes ganar con suerte -luego de algún tiempo-, sabiduría, esa que no es otra cosa que la de saber vivir las experiencias y aprender de ellas.

 Hoy vivo sola, quise siempre ser independiente y afrontar la experiencia, no siempre es fácil, pero es lo que elegí y me agrada; vivo sola pero no estoy sola, duermo sola pero sé que no estoy sola, sé que cuento con "pañuelos" que están ahí por mí, que aunque estén con la soga al cuello como yo, siempre sabrán usar esa misma soga para jalarme, "pañuelos" que aunque estén lejos en otro país pueden volar con su ayuda, "pañuelos" que aunque tengan una lagartija revoloteando en su vientre pueden hacer que esa lagartija me de una "cola" o "pata" para ayudarme...(esto probablemente solo lo entenderá ese"pañuelo").

 Es genial contar con "pañuelos" que pueden servir literalmente para secar lágrimas, es maravilloso tener "pañuelos" que pueden estar guardados en bolsillos pero siempre salen de este cuando los necesito.

 Por eso, estoy convencida que cada persona merece, necesita y debe tener "pañuelos" y ser "pañuelo" para otros, porque es algo casi cíclico, todo lo bueno y bello que haces por alguien vuelve a ti, casi por derecho y justicia.

 A veces podemos correr el riesgo de pensar que no los necesitamos o que no los tenemos; sin embargo, todos necesitamos alguno y es buen ejercicio reconocerlo.

 Piensen en los "pañuelos" de su vida, a lo largo de toda su vida hasta hoy; reconozcan a los "pañuelos" de hoy y agradézcanles cada vez que puedan por serlo, y si es posible, sean también sus "pañuelo".

 El "pañuelo" = soporte emocional es vital, no renuncien a uno, y si no lo tienen, trabajen por tenerlo, la vida es más llevadera con él y verán que las cargas se hacen menos pesadas.

 Termino compartiendo un dato curioso, es tan importante tener soporte emocional = "pañuelo", que en una entrevista me hicieron preguntas que apuntaban directamente a saber si contaba con uno ya que era vital y me daría la fortaleza que necesitaría para el puesto. Así que, como ven, no es algo que quede únicamente en el campo personal, sino que ha empezado a trascender al ámbito laboral.

 Espero que le den un gran ¡gracias! a sus "pañuelos" y si no lo tienen, se encarguen de conseguir uno que sea sincero y seque bien las lágrimas.

 Yo por mi parte, dedico esta publicación a mis "pañuelos"

 ¡Hasta pronto!

martes, 22 de septiembre de 2015

Días de vacaciones


  Hola"s", el día a día transcurre en el trabajo para muchas personas pero estos días no para mí: ¡estoy de vacaciones!

 Honestamente, casi no me lo creo, hace mucho que las necesitaba ya que antes siempre salí de vacaciones porque tenía responsabilidades que cumplir pero esta vez solo necesitaba descansar en casa sin "tener" nada que hacer e ir al médico; sin embargo, no había una obligación que me esperara y restara tiempo para descansar.

 ¿Qué suele hacer la gente cuando está de vacaciones?

 Esa es una pregunta con un sin fin de respuestas, muchos aprovechan para viajar, otros visitan a sus amigos y familiares, hay quienes hacen diferentes tipos de trabajo en esos días, algunos -como yo antes- estudian un curso o rinden algún examen importante (una certificación, por ejemplo), pero esta vez yo he decidido hacer de mis días de vacaciones una alabanza al relajo y reposo, de cuerpo y mente.

 Me he organizado pese a que parezca que no tengo agenda clara, he dividido bien mis horas de relajo total, mi tiempo para ir al médico y mis horas de tareas pendientes en casa, por ejemplo arreglos, que nunca faltan y siempre esperan.

 Estoy disfrutando de ver cómo el mundo gira a mi alrededor y yo sigo mi propio ritmo, a veces parece mentira pero solo eso puede hacer sentir relajadas a algunas personas, como a mí.

 Realmente, ¡cuánto bien puede hacer el dormir y descansar tranquila sin la prisa de despertar temprano para alistarte e ir a trabajar, sin tener que preocuparte si encontrarás movilidad para trasladarte, si llegarás a tiempo o no al trabajo!

 ¡Qué bien hace poder dormir y levantarte en paz, desayunar finalmente sentada a la mesa (y no parada en la cocina, casi corriendo); cuánta tranquilidad en ver que los minutos pasan y nada te altera mientras eso sucede y que si no quieres no tienes que salir en todo el largo día; es genial de pronto poder ver televisión y enterarte de lo que dan y que hasta algunos programas sí pueden ser interesantes o encontrarte de nuevo esa película que tanto te gusta pero que por falta de tiempo no volviste a ver!

 Sin duda, tomar vacaciones en el momento en que ya no puedes más porque sientes que vas a reventar, es mágico y hasta terapéutico. Yo lo pensé mucho pero las pedí con determinación porque realmente debía ocuparme de mi salud física y mental; trabajar es muy bueno, pero para poder hacerlo y bien, nuestro organismo también necesita descansar.

 Valoremos el descanso tanto como el trabajo y veremos que un equilibrio  responsable nos permitirá reinventarnos y recobrar fuerzas para poder producir aún más.

 ¡Ah!, un último comentario más, en estos días de vacaciones escuché a un médico en un programa y decía que quien duerme pocas horas tiene mayores posibilidades de desarrollar un cáncer, así que no se lo tomen a la ligera, es vital descansar bien, no se trata de ser holgazán, sino que se trata de nuestra salud y bienestar.

 ¡Hasta pronto!


sábado, 30 de mayo de 2015

Talla ideal y saludable


 Hola"s", hoy quiero compartir con ustedes un tema a veces delicado o otras obsesivo para algunas personas y es precisamente el peso, que finalmente se traduce en la talla de ropa que usamos o que quisiéramos usar.

 Bueno, en principio, creo que debemos partir por pensar y analizar nuestra forma de cuerpo y estatura, luego debemos evaluar qué tanto nos aceptamos, ¿estamos realmente content@s con nuestro cuerpo?, ¿quisiéramos cambiarlo?

 Las respuestas a estas preguntas son importantes ya que nos permitirán saber si realmente algún día estaremos conformes con  nuestro peso y talla.

 Luego, debemos hacer un camino de autoaceptación, ya que de nada servirá bajar de peso o usar la talla ideal para cada quien, puesto que, si en realidad no hemos trabajado en aceptarnos, todo lo demás estará perdido; así que, debemos empezar por reforzar nuestra autoestima e identificar los puntos fuertes y débiles de nuestro cuerpo y talla, para aplicar tips o estrategias útiles para sacarle el mayor provecho posible a nuestras formas.

 Luego de aceptar nuestras formas, debemos analizar si estas corresponden a nuestro peso ideal, pensando siempre en función de nuestra salud, o es que nuestro peso podría estar indicando que nuestra salud está en riesgo o hasta dañada. 

 No es lo mismo pesar 68 kilos y medir 1.50 que pesar 50 kilos con la misma talla; todos tenemos un peso mínimo, el normal y el máximo. Lo que debemos procurar es estar en el el primero y el segundo, y evitar estar en el máximo porque con facilidad podremos sobrepasar sus límites y eso traería como consecuencia no solo que no nos veamos bien, sino que nuestra salud presentará problemas que nos ponen en real riesgo.

¿Cómo llegar al peso ideal?


 Esto es algo que muchos nos preguntamos en diferentes etapas de nuestra vida; hacemos dieta, comemos, menos, hacemos ejercicios , etc. pero lo hacemos por nuestra cuenta o solo algunos días, esperamos resultados inmediatos y nos frustramos si no los conseguimos.


 Por ello, quiero decirles que he experimentado: llegamos a nuestro peso ideal cuando vamos al nutricionista, hace una evaluación de nuestro peso, talla, composición física y revisa los análisis de niveles de colesterol, triglicéridos, glucosa, entre otros.


 Con la información antes mencionada nuestro nutricionista podrá organizar para nosotros una dieta, según los resultados y será totalmente personalizada; así podremos conseguir progresivamente nuestro peso y talla ideal.

 Bajar de peso rápidamente o de golpe, ni es posible y si se da el caso, no es saludable; por eso, es mejor que seamos pacientes, sigamos el régimen que nos de el nutricionista, siendo perseverantes sin caer en la tentación de la torta de chocolate, la pizza, el pollo a la brasa, etc., no les digo más porque será aún más complicado seguir con la dieta...

 Los primeros días tal vez sea duro, pero poco a poco verán que su organismo se adecua a la nueva rutina y pronto el apetito serpa mesurado; las grasas o alimentos muy azucarados ya ni se les provocarán y al verse en el espejo, al escuchar los comentarios de quienes los rodean, al notar cómo la ropa les va quedando más holgada y al ver la balanza marcar cada vez menos peso, se convencerán que seguir el régimen de dieta es lo mejor que pueden hacer.

 Luego de las primeras semanas y ver los resultados, el nutricionista les mandará hacer los ejercicios, según su necesidad y localizados para cada caso, Será igual que con la comida,, al inicio les costará, pero luego su cuerpo les pedirá segur con los ejercicios y tendrán mayor vitalidad, además, su cuerpo les hará notar los cambios.

 Otro pedido del nutricinista será hacer caminata de 15 o 20 minutos, es totalmente recomendable, estemos o no subidos de peso, verán poco a poco el cambio y cómo su organismo lo agradecerá.

 Todo aquello que realmente valoramos supone esfuerzo, y estar en forma para conseguir nuestro peso ideal no es la excepción pero recuerden: no bajamos de peso por el qué dirán sino por nuestra salud y bienestar, físico y emocional.

 Espero que se animen a conseguir su peso saludable e ideal, y que para ello sigan las indicaciones de su nutricionista.

 Hasta luego












sábado, 2 de mayo de 2015

"Recapichulando" el pasado...


 Hola"s", en definitiva hace un buen tiempo que no escribo pero hoy, en salvaguarda de mis recuerdos e ideas, me tomo un tiempo para hacerlo.

 Año 2009, un hombre recordaba a su profesor (sacerdote) y de pronto volvía en el tiempo varias años atrás...: "a ver, "recapichulemos...", este profesor decía esta frase en cada clase, cuando pretendía hacer una retroalimentación de los temas abordados y verificar así que nada se le había olvidado a él ni a sus jóvenes estudiantes, llenos de vigor y ganas de imitarlo, riéndose de ese famoso "recapichulemos" que llegó a mis oídos luego de tantos años para reír también y transmitirla a otros, de modo que ni yo ni ellos la olvidemos...

 El recuerdo versus el olvido, la memoria obsesiva, muchas veces adjudicada a la mujer, y la memoria selectiva, de esa que conocen bien, sobre todo, los varones... El pasado y el presente, dos realidades que muchas veces sin memoria no se pueden sostener una a la otra.

 ¿Puede sostenerse una relación, cualquiera fuese esta, sin memoria y sin recuerdos?, ¿puede haber un pasado si uno realmente no lo recuerda?, ¿puede haber un presente sin pasado? son preguntas que hoy parecen recorrer le tour de France en mi mente...

 Es realmente paradójico, muchos van por la vida queriendo olvidar parte de su pasado (tal vez una mala experiencia, una persona en particular o un aborto) pero este parece saltarles a la mente y al presente sin esperarlo ni desearlo; mientras que otros darían lo que sea por recordar momentos gratos, personas importantes, información relevante, parte si quiera de sus publicaciones (en el caso de investigadores)...

 ¿Por qué aquellos que merecen recordar y retener información pierden la memoria?¿por qué quien parecía tener toda una biblioteca en su mente luego no puede recordar si quiera un capítulo de su libro favorito?

 Es realmente irónico que en el mundo haya personas que preferirían ser olvidadas por otras para seguir con sus vidas (ex enamorad@s, ex espos@s, "ex algo"); sin embargo, para quienes conocemos personas realmente gratas y queridas, qué terrible es ser olvidados, más aún si ese olvido es causado por una enfermedad a través de la cual la persona emprende un viaje sin retorno hacia el vacío de sus recuerdos... ¿cómo decirle quién eres sin evitar llenar tus ojos de lágrimas y procurar no parecer loc@, pues aparentemente no habría motivo para llorar?, ¿cómo renunciar a las ganas de recordar juntos a personas, temas o experiencias vividas juntos? y qué alegría más grande cuando la persona "vuelve" y de pronto tienes nombre y una historia juntos, llena de recuerdos, anécdotas y personas amigas en común...

 ¿Cómo explicar a esa persona que lo que conoció de ti en el pasado ha cambiado?, ¿cómo explicarle que ya no eres la misma persona y que tus proyectos son otros, si ni siquiera te recuerda del todo?, ¿tiene sentido tratar de explicarle y responder cuando te pregunte "¿qué ha sido de ti?" si luego de ello, cuando te recuerde una vez más te creerá en el punto de partida (del pasado)?

 ¿Cómo puede sobreponerse una persona académica y con cientos de publicaciones a la pérdida de la memoria?, ¿cómo obligarla a permanecer en casa sin seguir enseñando, sin poder publicar más, sin tener reuniones de trabajo, sin asignarle investigaciones?

 ¿Cómo saber si esa persona cada vez que te sonríe es porque sabe quién eres o lo hace por cordialidad?, ¿es posible conformarse con esa mirada que dura unos segundos, sin palabras, en los que sientes que hay una conexión entre los dos y sabes que recuerda quién eres y lo que vivieron juntos?

 Soy absolutamente consciente que nadie podrá recordar jamás cada detalle en su vida, ni cada persona conocida, pero es realmente doloroso perder la mayoría de tus recuerdos y poco a poco todos...

 En el bus, de regreso a casa: "Tú, gracias a Dios aún no estás en una etapa desesperante, pero todo el camino me pregunté hasta cuándo será así y qué pasará llegado el día... y como vez, esas preguntas me han llevado a producir, aquello que antes hiciste tú con tanto vigor...".

 Mientras escribo este articulo: "Es gracioso que mientras tú vas olvidando cosas, al mismo tiempo yo no tenga si quiera la capacidad de recordar tanta información como tú; eso me recuerda que simplemente eres un genio, que aunque el olvido "te pueda", aún cuando llegaras a olvidar todo, yo jamás tendré tanto recuerdo-información como tú en la mente, me esforzaré por acercarme a tu récord...".

Hoy comprendo o por lo menos trato de contentarme con la idea que debemos valorar cada recuerdo, ser felices con aquello que recordamos y también con lo que olvidamos, para que así, cuando lo recordemos podamos verdaderamente valorarlo.

 No nos obsesionemos por recordar todo ni por olvidar mucho, almacenemos lo necesario y "limpiemos" lo que no es relevante, ya que finalmente, no sabemos por cuánto tiempo lo recordaremos ni cuándo lo olvidaremos.

 ¡Hasta pronto, si olvido escribir...!

Dedicado a ti, Manolo, que tal vez llegue el día en que no recuerdes quién soy ni tu clave para ingresar a tu cuenta de correo, pero como Internet nunca olvida, este escrito por lo menos está a salvo del olvido... y para que no lo olvidemos ambos, coloco la fotografía que hoy nos tomamos, cuando ambos recodábamos quiénes éramos...










jueves, 15 de enero de 2015

Cuando la vida te sonríe


Hola"s", he sentido un impulso para escribir sobre cómo me siento luego que me haya encontrado con un -podría decirse- compañero de trabajo, y la sensación de satisfacción que me dejó ver mi pasado (lo que este joven me recordó) y mi presente.

 Efectivamente, nos conocimos en el 2007, cuando yo empezaba a desempeñarme como monitora, supervisora y capacitadora de docentes de mi especialidad en los colegios de las Fuerzas Armadas y de la Policía Nacional del Perú; en ese tiempo él trabajaba como docente y yo era quien visitaba su colegio para brindar asesoría pedagógica; sin embargo, hoy me contó que ahora es el secretario del Obispo Castrense, en el obispado para el que ambos trabajábamos, en condiciones diferentes.

 Él salía esta tarde de su trabajo para tomar el bus de regreso a su casa y yo -quien también salía del trabajo- iba camino a mi reflexión y satisfacción...aunque sin imaginarlo.

 Luego de varias opciones mencionadas por mi, me contó que ahora no es un profesor más de uno de los colegios, sino que es nada más y nada menos que el secretario del Obispo, y para un católico eso es todo un acontecimiento grande, digno de gritar a los cuatro vientos. Por otro lado, cuando me preguntó en dónde trabajaba yo -casi sin necesidad, puesto que portaba aún mi fotocheck institucional- pensó que yo era quien había dejado completamente de lado mi profesión y que ahora me dedicaba a otras cosas.

 Pues debo decir efectivamente que hoy me dedico a "otras cosas" y es que en realidad me dedico a varias, pero todas bajo la mirada de mi profesión y formación de base, y es que todo profesional tiene varias opciones dentro de su profesión en las que pueda desempeñarse y desarrollarse.

 Hoy yo trabajo en un ministerio precisamente por mi formación de base, trabajo en un ministerio que no es el de mi sector; sin embargo, aporto a este por mi mirada como educadora, y fue en cuanto se lo dije cuando empecé a reflexionar, y la satisfacción afloró.

 Cuando me dijo literalmente: "tú sí dejaste completamente tu profesión", me di cuenta e hice consciente de mi trayectoria laboral y también formativa, así que con una enorme sonrisa, llena de satisfacción respondí: "¡No!, precisamente por ser educadora es que estoy en este ministerio", acto seguido: una pausa de su parte.

  A partir de ese momento noté que la cortesía fue aún más positiva. Mi diplomacia me invitó a preguntar en general por las personas que conocí y a continuación él las fue nombrando y me invitó a visitarlo en su trabajo, del cual evidentemente conozco muy bien la dirección.

 No considero que él sea una persona tóxica, por el contrario, me ayudó a hacerme consciente -frente a mi pasado- de aquello que he podido avanzar y los pasos que dado en la vida, desde aquel momento hasta hoy, y ciertamente debo decir con gusto y satisfacción: "he llegado lejos", más lejos de lo que muchos querrían, más lejos de lo que muchos esperaban o incluso, más lejos de lo que algunos allí quisieran.

 Me sentí contenta de verlo y contenta de hablar de trabajo muy ligeramente; normalmente evito decir en dónde trabajo y qué hago, para evitar comentarios o supuestos, y sobre todo, para evitar posibles envidias, pero esta vez pensé que era conveniente e incluso justo, decir en dónde trabajaba y lo que hacía, por lo menos algo de todo lo que hago, y que aunque a veces me canse, estoy contenta de hacer.

 Recuerdo cuando la "etapa techo" me llegó estando en aquel trabajo y sentía que a lo mejor no podría encontrar algo que me guste tanto como aquello que hacía ahí, pensaba que sería complicado tal vez hacer algo más importante que eso, por la dificultad de acceso a otro tipo de puesto e institución; sin embargo, con alegría y plena satisfacción debo decir que, pese a todas esas ideas, logré hacerlo y hoy puedo decir que la vida me sonrió, que la vida me sonríe y que siempre será así si mantengo una actitud positiva y creo en mis capacidades. 

 Hoy veo que las dificultades que se presentaron, que poco a poco se hicieron graves e insostenibles, me dieron la fuerza para estar donde estoy hoy, y una vez más -aunque parezca masoquista- agradezco lo mal que se tornó ese ambiente de trabajo porque gracias a ello hoy estoy donde estoy, y pisé los escalones anteriores para llegar a donde estoy.

 Así que quiero dedicar este artículo a aquel muchacho que encontré hoy, porque aunque no lo sepa me ayudó a reflexionar en lo agradecida que debo estar a la vida y valorar los pasos que he dado desde aquel 2009 que me fui de este lugar hasta hoy 2015.

 Una recomendación para quienes leen este artículo: miren con optimismo aquello que les aqueja y dejen que l@s impulse, créanme, se sorprenderían de aquello que puede convertirse en algo maravilloso para su futuro, si toman las decisiones correctas.

 Con esa recomendación termino esta artículo y deseo que quienes están iniciando a pisar escalones lo hagan con firmeza y prudencia, aquellos que han avanzado el camino sigan firmes y mantengan la esperanza, y quienes sienten que avanzaron lo suficiente, levanten la mirada y no hagan más que disfrutar y agradecer a la vida lo que lograron, porque cuando la vida te sonríe verán que de inmediato algo nuevo y aún más bello aparece; siempre es, siempre debe ser así... así deben permitirlo con sus decisiones.
 ¡Hasta pronto!