sábado, 2 de mayo de 2015

"Recapichulando" el pasado...


 Hola"s", en definitiva hace un buen tiempo que no escribo pero hoy, en salvaguarda de mis recuerdos e ideas, me tomo un tiempo para hacerlo.

 Año 2009, un hombre recordaba a su profesor (sacerdote) y de pronto volvía en el tiempo varias años atrás...: "a ver, "recapichulemos...", este profesor decía esta frase en cada clase, cuando pretendía hacer una retroalimentación de los temas abordados y verificar así que nada se le había olvidado a él ni a sus jóvenes estudiantes, llenos de vigor y ganas de imitarlo, riéndose de ese famoso "recapichulemos" que llegó a mis oídos luego de tantos años para reír también y transmitirla a otros, de modo que ni yo ni ellos la olvidemos...

 El recuerdo versus el olvido, la memoria obsesiva, muchas veces adjudicada a la mujer, y la memoria selectiva, de esa que conocen bien, sobre todo, los varones... El pasado y el presente, dos realidades que muchas veces sin memoria no se pueden sostener una a la otra.

 ¿Puede sostenerse una relación, cualquiera fuese esta, sin memoria y sin recuerdos?, ¿puede haber un pasado si uno realmente no lo recuerda?, ¿puede haber un presente sin pasado? son preguntas que hoy parecen recorrer le tour de France en mi mente...

 Es realmente paradójico, muchos van por la vida queriendo olvidar parte de su pasado (tal vez una mala experiencia, una persona en particular o un aborto) pero este parece saltarles a la mente y al presente sin esperarlo ni desearlo; mientras que otros darían lo que sea por recordar momentos gratos, personas importantes, información relevante, parte si quiera de sus publicaciones (en el caso de investigadores)...

 ¿Por qué aquellos que merecen recordar y retener información pierden la memoria?¿por qué quien parecía tener toda una biblioteca en su mente luego no puede recordar si quiera un capítulo de su libro favorito?

 Es realmente irónico que en el mundo haya personas que preferirían ser olvidadas por otras para seguir con sus vidas (ex enamorad@s, ex espos@s, "ex algo"); sin embargo, para quienes conocemos personas realmente gratas y queridas, qué terrible es ser olvidados, más aún si ese olvido es causado por una enfermedad a través de la cual la persona emprende un viaje sin retorno hacia el vacío de sus recuerdos... ¿cómo decirle quién eres sin evitar llenar tus ojos de lágrimas y procurar no parecer loc@, pues aparentemente no habría motivo para llorar?, ¿cómo renunciar a las ganas de recordar juntos a personas, temas o experiencias vividas juntos? y qué alegría más grande cuando la persona "vuelve" y de pronto tienes nombre y una historia juntos, llena de recuerdos, anécdotas y personas amigas en común...

 ¿Cómo explicar a esa persona que lo que conoció de ti en el pasado ha cambiado?, ¿cómo explicarle que ya no eres la misma persona y que tus proyectos son otros, si ni siquiera te recuerda del todo?, ¿tiene sentido tratar de explicarle y responder cuando te pregunte "¿qué ha sido de ti?" si luego de ello, cuando te recuerde una vez más te creerá en el punto de partida (del pasado)?

 ¿Cómo puede sobreponerse una persona académica y con cientos de publicaciones a la pérdida de la memoria?, ¿cómo obligarla a permanecer en casa sin seguir enseñando, sin poder publicar más, sin tener reuniones de trabajo, sin asignarle investigaciones?

 ¿Cómo saber si esa persona cada vez que te sonríe es porque sabe quién eres o lo hace por cordialidad?, ¿es posible conformarse con esa mirada que dura unos segundos, sin palabras, en los que sientes que hay una conexión entre los dos y sabes que recuerda quién eres y lo que vivieron juntos?

 Soy absolutamente consciente que nadie podrá recordar jamás cada detalle en su vida, ni cada persona conocida, pero es realmente doloroso perder la mayoría de tus recuerdos y poco a poco todos...

 En el bus, de regreso a casa: "Tú, gracias a Dios aún no estás en una etapa desesperante, pero todo el camino me pregunté hasta cuándo será así y qué pasará llegado el día... y como vez, esas preguntas me han llevado a producir, aquello que antes hiciste tú con tanto vigor...".

 Mientras escribo este articulo: "Es gracioso que mientras tú vas olvidando cosas, al mismo tiempo yo no tenga si quiera la capacidad de recordar tanta información como tú; eso me recuerda que simplemente eres un genio, que aunque el olvido "te pueda", aún cuando llegaras a olvidar todo, yo jamás tendré tanto recuerdo-información como tú en la mente, me esforzaré por acercarme a tu récord...".

Hoy comprendo o por lo menos trato de contentarme con la idea que debemos valorar cada recuerdo, ser felices con aquello que recordamos y también con lo que olvidamos, para que así, cuando lo recordemos podamos verdaderamente valorarlo.

 No nos obsesionemos por recordar todo ni por olvidar mucho, almacenemos lo necesario y "limpiemos" lo que no es relevante, ya que finalmente, no sabemos por cuánto tiempo lo recordaremos ni cuándo lo olvidaremos.

 ¡Hasta pronto, si olvido escribir...!

Dedicado a ti, Manolo, que tal vez llegue el día en que no recuerdes quién soy ni tu clave para ingresar a tu cuenta de correo, pero como Internet nunca olvida, este escrito por lo menos está a salvo del olvido... y para que no lo olvidemos ambos, coloco la fotografía que hoy nos tomamos, cuando ambos recodábamos quiénes éramos...










No hay comentarios:

Publicar un comentario